ROPA DE HOGAR
Documentos atestiguan que ya en el Egipto faraónico se daba mucha importancia a la decoración de interiores, especialmente a los dormitorios. En ellos se levantaban unas estructuras elevadas del suelo a modo de lecho para dormir. Desde el 3400 A.C. la ropa de cama fue evolucionando ampliamente en Egipto considerándose un símbolo de prosperidad y estatus, de hecho las momias solían envolverse en sábanas de lino y ropa de cama. Ya en el Imperio Romano aparecieron colchones rellenos con paja, plumas o cañas de heno, además las camas se encontraban decoradas con pinturas de bronce, plata o joyas de oro y vestidas con tejidos de lino, arpillera o algodón.
Tras la oscura Edad Media, ya en el Renacimiento las camas se cubrían con sedas, satenes y terciopelos. En la rica decoración del dormitorio se podían observar doseles bordados y colgaduras ornamentales que hacía que la ropa de hogar se volviera extremadamente cara, a menudo heredadas de generación en generación.
Sin embargo, no será hasta el siglo XIX, con la Revolución Industrial y los nuevos medios de producción donde se desarrolle el somier de hierro fundido y colchones de algodón y lana. En los cuales los parásitos se aceptaban como otro componente más del colchón.
La lencería de hogar siempre ha tenido una gran importancia dentro de la decoración de nuestro hogar. La elección de los tejidos, accesorios y complementos son fundamentales para crear entornos cómodos y confortables, especialmente si nos referimos al descanso. Las sábanas, los edredones, las fundas de colchón y demás elementos son imprescindibles para disfrutar de un buen descanso. Por tanto, si necesitas vestir tu cama, una almohada o cualquier complemento no dudes en visitarnos y te asesoramos con las mejores posibilidades.